Quizás hemos vivido los siete días más democráticos de las últimas décadas. Al contrario de lo que muchos pudieran opinar, la juventud ha mostrado, una vez más, su afán de ser partícipes en la construcción de su futuro.
Los políticos, partir de ahora, habrán de tener presente, la inteligencia y la fuerza, con que los jóvenes nos han obsequiado durante éstas jornadas. Muchos de nosotros, hemos vuelto a la juventud. Hemos recordado nuestros años inconformistas y reivindicativos. Nos han dejado la reflexión de en qué rincón del camino, nos volvimos tan conformistas.
Posiblemente todo ello, ha despertado a un país, de su letargo democrático.
Pero no todo queda reducido a nuestras fronteras. Son muchos los países que se han hecho eco de éstas "protestas". Ahora cabe esperar que todo no quede en saco roto.
Hoy votaremos. Nuestra obligación es participar. Lo importante es que algo ha cambiado y esperemos, que por el bien de todos, siga cambiando.
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