El mundo se ve sumergido en una profunda crisis. Las economías tiemblan. La pobreza aumenta sistemáticamente. El paro...por las nubes. Las guerras se desencadenan en uno y otro lado, sin que nadie, al parecer, sepa qué hacer. Los fenómenos naturales asolan la población. Mientras todo ésto y más ocurre, las televisiones nos bombardean con el mal llamado "acontecimiento del año".
Poco importa, al menos por hoy, la situación en Fukushima, Siria, Libia, Pakistán y un largo etcétera.
Los muertos en el último atentado en el café Argara de Marrakech no serán recordados hoy por millones de personas.
Quizás tenemos ya la piel demasiado curtida por las desgracias. Quizás tantos problemas en nuestras mentes, han cambiado el orden de los valores humanos. Hoy por mi mente pasan tantas imágenes que no me queda otra opción que apagar el televisor. ¡Que se casen si quieren!. Al menos no seré participe de éste lado triste de la historia.